El karate de S. Egami, la escuela Shotokai

El karate de S. Egami, la escuela Shotokai

Extraído del libro:
Histoire de Karaté-dô
Escrito por Kenji Tokitsu
[Link al sitio oficial del Maestro Kenji Tokitsu]
Editorial SEM, Paris
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Una de los mayores aportes de Shigeru Egami es haber planteado los problemas fundamentales que conlleva la práctica del karate y haber intentado responder a través de una experimentación sistemática. Este texto que escribió en 1970 ilustra bien su enfoque.

¿Es el karate una técnica para matar? El maestro Funakoshi nos enseñó que en karate nunca se ataca el primero y que hace falta ir al encuentro de la naturaleza a través del cuerpo y el espíritu. Sin embargo, hace más de una decena de años, cuando volví a encontrar uno de mis colegas de karate de otros tiempos, me dijo: “¿Cómo? ¿Continúas aún la formación de asesinos?”. Estas palabras me sofocaron de sorpresa. Por lo que había dicho, tenía que admitir que había gente que pensaban como él.

Recusando su opinión, me costó persuadirme a mí mismo. Aunque se diga que el karate es un budo o hyoho (arte de la estrategia) que comporta un entrenamiento espiritual, ¿no es esta una justificación hipócrita de simples técnicas destinadas a romper la cabeza y a matar?

Cada vez que he sido invadido por este interrogante, yo mismo me he dicho: “No, no es posible.Es imposible”. Pero he tenido que reconocer una carencia profunda dentro del karate de nuestra época, en las maneras de practicar y de entender la significación de los kata.

Atravesé periodos de angustia, de impasse de tortura que fueron una lucha sangrante contra mí mismo y acabé por comprender qué es el heiho, método de la paz que proviene de la adquisición de la cultura japonesa. Cuando entendí la vía del heiho, la vía del método de la paz, me embargó una emoción que hizo temblar todo mi cuerpo de alegría.

Hoy la vía del karate ha perdido su calidad y se ha degradado hasta el punto de ser calificada como entrenamiento para matar. Debo contribuir a redirigirla hacia una verdadera vía, la vía del karate; esto quería enseñarnos el maestro Gichin Funakoshi. Pienso que es mi única vocación, ya que soy adepto a la vía del karate.

Heiho, el método de la paz, nos enseña a vivir verdaderamente más allá de vida y de la muerte, a vivir una vida verdaderamente magnífica. ¿Cómo debe ser el karate-do, método de la paz, heiho? ¿Cómo debo actuar para transformar cualitativamente la técnica de combate en método de la paz? ¿Cómo concebir las técnicas de cuerpo? ¿Cómo debo abordar los problemas del espíritu?

Día tras día, me entrené invirtiendo mi vida en afrontar estas preguntas. Me entrené limando mi vida a fin de sobrepasar cada día el entrenamiento de ayer. Viví a fondo día tras día sin dejarme llevar por el pensamiento del mañana, reteniendo mi pensamiento aquí y ahora. Gracias al maestro, a mis predecesores y a mis alumnos conseguí aproximarme a las técnicas que buscaba.

Si alguien me pregunta: “¿Continúas la formación de asesinos?”. Puedo responder: “No”, con convicción.

Conozco claramente la dirección hacia la cual debo avanzar hasta que haya consumido toda mi vitalidad.

Nosotros, los hombres mediocres, tenemos que caminar a cada paso sosteniéndonos por verdaderas amistades hacia el estado último de la vía. Yo, que siempre he buscado vencer, que he perdido cada vez la lucha de la vida, he acabado por conseguir este pensamiento. Es una vía que han seguido los japoneses, con el verdadero espíritu japonés, el espíritu original de los japoneses.

Traducido al español por Xavier Mínguez, Shotokai de España